By Hadasha Soul
¿Por qué un hombre proveedor no es suficiente?
La razón principal por la que escribo este post, es que he recibido varias consultas de mujeres que han adoptado filosofía femenina de alto valor, pero de pronto se encuentran en un dilema cuando alguien las tilda de “interesadas” o les pide justificación del por qué pensar así o querer un hombre que entre sus características esté la de ser proveedor; de modo que las veo, siento y escucho desarmadas ante la crítica social y lo peor, ante sus propios cuestionamientos.
Por ejemplo Ángela, quien a sus 22 años comenzó a cultivarse en varios aspectos de su vida como mujer de alto valor; y resulta que hace unas semanas hubo una reunión familiar, donde a sus primas les explicó que ella esperaba al casarse, que su marido fuera el proveedor en el hogar y no aceptaría menos en una relación; por lo cual, sus familiares saltaron contra ella; no obstante, lo más aterrador es que su propia madre le cuestionó el por qué quería ser “una mantenida”, le dijo que ella no había trabajado tanto en la educación de su hija, para que ahora saliera con que no iba ejercer su carrera y luego le asestó un golpe mortal al preguntarle ¿qué diferencia había entre una prostituta y ella?
Ángela había soportado estoicamente los comentarios de sus familiares; sin embargo las feroces palabras de su madre lograron derrumbarla, por lo que mejor se retiró de la reunión.
Ella me escribió para consultar qué hacer, me pedía ideas de frases o palabras con las que pudiera callarles la boca a sus familiares y amigos; no obstante, lo que más deseaba era algo qué responder a las dolorosas palabras de su madre; pues incluso, la propia Ángela comenzaba a dudar que estuviera en lo correcto al pretender como pareja un hombre proveedor.
Lo preocupante es que los ataques de alguien con tanta importancia para Ángela, como lo es su madre, habían lastimado enormemente su autoestima; de modo que urgía trabajar con ella en ese tema, antes que buscar formas de callar a personas hostiles que la agredían verbalmente.
Bueno querida lectora de mis letras, te cuento que casos como el de Ángela son muy comunes, no sólo por recibir críticas; sino porque me he encontrado con muchas mujeres que comienzan aprender la filosofía de “Alto Valor” de una forma sesgada; ya que un buen día se topan con un post como éste o videos de alguna influencer; pero lamentablemente empiezan con algún tema en específico y no desde el origen, ni con un orden que les dé las bases; ya que en muchos videos, para bien o para mal, los temas más socorridos son aquéllos que hablan sobre el rol proveedor del hombre.
De tal suerte, que muchas mujeres han adoptado como dogma de fe o paradigma, que lo primordial en un hombre es que sea “un buen proveedor”, sin tener en cuenta los demás requisitos mínimos indispensables que debe tener el varón.
Y antes de avanzar, quiero dejar claro que los paradigmas son creencias que adoptamos las personas, sin entender o saber el por qué de ellas; al igual que los dogmas de fe, en los que se te induce creer en algo que no ves o de lo que no hay prueba material o indiciaria; sólo se te obliga a creer en ello sin dar las razones; de hecho, te dejo aquí un link, para que te quede más claro este asunto de los paradigmas, y que se refiere a un experimento realizado hace algunos años con cinco monos, en cuyo centro de su jaula había una torre con bananas en la parte superior; cuando los monos trataban de subir para alcanzar la fruta, los rociaban con agua fría, de modo que los animales mejor dejaban de escalar la torre; con el tiempo esos animales “aprendieron” que cada intento de subir por las bananas generaba un baño de agua helada; por lo cual dejaron de hacerlo.
Continuando con el experimento, fue sacado de la jaula uno de esos monos e introducido otro que obviamente al llegar al lugar y ver las bananas, trató de escalar la torre para comerlas; así que los otros cuatro macacos se fueron contra él para evitar que el animal lo hiciera, pues “sabían” que todos recibirían el baño de agua fría.
Los científicos entonces cambiaron a un segundo mono, por otro que tampoco había estado en la jaula desde el principio y pasó lo mismo, al tratar de escalar todos se fueron encima del recién llegado para que no fuera por las bananas; y así sucesivamente fueron cambiando a todos los monos.
Lo curioso es que llegó el día en que dentro de la jaula no había ningún mono de los primeros cinco que habían recibido los baños de agua fría; y aún así, los macacos ya no intentaban escalar la torre; y cada que llegaba un macaco nuevo, estos monos también le impedían subir.
Si los primates pudieran hablar, quizá el recién llegado preguntaría ¿por qué me golpean?, ¿por qué no puedo ir por las bananas?, y los monos le responderían “no sabemos, también a nosotros nos golpeaban cuando queríamos subir, es que así debe ser, así son las cosas aquí”, pues ellos no habían vivido los baños de agua fría que si recibieron los primeros monos; así que desconocían que la verdadera razón para no ir por la fruta era que al menor intento, los bañarían con agua helada; en su lugar sólo tenían “la creencia” impuesta por sus antecesores, de que las cosas “así debían ser”.
Este ejemplo te lo brindo, porque es algo común que he observado en muchas mujeres de alto valor, que defienden a capa y espada el ideal del “hombre proveedor”, sin saber el origen, la razón y justificación; es decir, actúan como los monos nuevos en la jaula, que no vivieron los baños de agua fría.
Por lo cual, es importante que conozcas las bases de la filosofía de alto valor.
¡Así que manos a la obra querida!
Este paradigma actual del “hombre proveedor”, es una consecuencia de la naturaleza y mentalidad masculina, pues desde la más remota antigüedad, el autoconcepto de un hombre se forma de tres pilares fundamentales:
1.- ¿Quién es?
2.- ¿Qué hace?
3.- ¿Cuánto gana?
Ésto no tiene que ver con el valor que cada mujer le da, o el valor intrínseco que como ser humano, cada hombre tiene; sino el valor que los hombres a sí mismos se brindan en función de estos tres pilares.
1.- ¿Quién es?
Todo hombre tiene un nombre y apellido, pero eso no define su identidad; sino el qué o cómo da importancia a ese nombre o incluso un apodo. Para muchos el sustento idóneo del quién es, se trata de un título profesional, deportivo, artístico o de emprendimiento.
Por ejemplo, si escuchas el nombre “Brad Pitt”, inmediatamente piensas en el actor y ¡vaya actor!; “El Canelo”, un boxeador; “Carlos Slim”, un empresario millonario; etcétera.
Para un hombre es como tener su marca personal, el hecho de que su nombre no sólo sea “Juanito de Tal”, sino que tenga ese realce, importancia y estatus en el entorno donde se desenvuelve, que le brinda el solo hecho de “ser” -leíste bien: ser- abogado, médico, contador, fut bolsita, corredor de autos, pintor, escritor, vendedor, artista, deportista, emprendedor, contratista, etcétera.
2.- ¿Qué hace?
Ésto se refiere a cómo emplea las habilidades y conocimientos que tiene, ya sean profesionales, deportivas, artísticas y demás para destacar y obtener ingresos.
El hombre es competitivo por naturaleza, por lo cual, su identidad y valor que a sí mismo se asigna, está íntimamente ligada con el hecho de destacar en aquello que hace y le brinde satisfactores; incluso si sólo barre las calles, el hombre como tal querrá destacar y ser el mejor barrendero, el que más rápido lo hace, el más puntual, etcétera.
O si es un médico, él sabrá que ese título es sólo como parte del quién es, pero lo que hace es diferente, “él salva vidas”, “él cura enfermedades”, “él opera cerebros”, y por supuesto tratará de destacar en ello y no ser sólo uno más de los que hacen esas actividades.
3.- ¿Cuánto gana?
Tema económico, aquí entra en juego eso que él es y lo que hace, para darle satisfactores en la vida, que primordialmente consisten en cuánto le da a ganar eso que es y hace, y qué tanta estabilidad económica tiene para sí mismo y para OFRECER A QUIENES AMA Y/O LE IMPORTAN.
Y esto es clave querida. En la naturaleza del hombre no está el querer lo que gana sólo para sí mismo; toda vez que ellos son generosos para compartir lo que tienen y ganan económicamente con quienes aman.
Como mujer de alto valor, lo que tú mereces no es un hombre proveedor solamente; sino un HOMBRE QUE TE AME.
La base del paradigma, u origen de por qué la mujer de alto valor elige de entre sus pretendientes, aquél que entre sus características, se incluya la de ser proveedor es muy simple:
A M O R
Ahora, el amor en el hombre no es igual que en la mujer, grábatelo con fuego si es necesario.
Además de que cada ser humano tiene sus propios lenguajes del amor, como nos lo enseña Gary Chapman en su libro los Cinco Lenguajes del Amor; la principal diferencia entre las formas de amar la podemos encontrar por géneros.
Para la mujer, el amor es un sentimiento puro, nutritivo, cálido, leal, de apoyo, intensidad y a la vez suavidad; y por ende, esperas que en él puedas recogerte, que te abrace, te mime, te diga lo hermosa que eres, te mire con deseo y cariño, te presuma en redes, se sienta orgulloso de ti, te vea como un premio, te sienta como lo más valioso, te escuche con atención, te idolatre como a la diosa que eres, te haga el amor apasionadamente tantas veces lo desees y respete tu espacio si en algún momento no te apetece la actividad sexual; pero que también puedan quedarse entrelazados mirando el cielo o sin hacer nada; que te convierta en la dueña de sus quincenas; que seas para él más prioritaria que el oxígeno; que él sea incapaz de enterarse de la existencia de otras mujeres, ¡por supuesto!, tú quieres ser el único motivo que alborote eso que trae puesto entre las piernas uff.
Y bueno, el amor de los hombre es algo más simple, su amor se demuestra a través de tres acciones muy básicas:
1.- Proclamar
2.- Proteger
3.- Proveer.
1.- Proclamar.
El hombre que realmente ama a una mujer le va asignar un “título”, y lo hará saber al mundo entero si es necesario, no cambiando su situación sentimental en el perfil de Facebook y publicando fotos tuyas con la frase “mía mía, sólo mía”; cierto que habrá quien lo haga, pero eso está más en función de que tan social y activo sea en redes; así que no te desgastes o desilusiones si el hombre no te presume en cada historia que suba.
La proclamación real, es la que realiza ante las personas que a él le importan; es decir, si ante sus padres, amigos o jefe te presenta como “su novia”, “su prometida”, “su esposa”, “su mujer”, “su suya”, esa es una de las principales manifestaciones de amor masculino.
Si eres pareja de un hombre y él está enamorado de ti, jamás, jamás de los jamases te va presentar con tu nombre de pila, ni como “su amiga”; él querrá hacerle saber al mundo que tú eres suya y que no estás en el mercado al alcance de otros hombres; por eso, aun y cuando no se trate de un hombre celoso, si él se percata que otros te miran o te coquetean, indiscutiblemente va pasar su brazo por tu cintura o te acercará hacia él, para poner límites; y Dios guarde aquéllos hombres que se atrevieran a no respetar esa acción, pues su insistencia será castigada por el hombre enamorado hasta con violencia, y jura que entre las frases que usará es la de “ella es mi novia/esposa/mujer”.
Por eso querida, un proveedor no es suficiente, ese hombre debe proclamarte, lo cual evidentemente no va hacer un sugar daddy, un amante casado, un cogiamigo o el hombre que no te vea con el suficiente valor para tenerte como la mujer de su vida.
2.- Proteger.
La esencia del hombre tiene como principal ingrediente el instinto de protección a todo lo que quiere y por supuesto, si eres la mujer de la cual está enamorado, te doy mi palabra que ese hombre te va proteger de todo y de todos; quizá no va pelear contra trolls y dragones como en los cuentos de hadas ¡no!, pero si te ama, te va proteger ayudándote, resolviéndote problemas y facilitándote la vida en lo que pueda; por ejemplo, si está en su gama de conocimientos, no habrá grifos o chapas dañadas en tu casa, ni fallas mecánicas en tu auto que él no arreglará; y si no tiene la destreza para reparar esas cosas, pagará a quién lo haga.
Si sales tarde del trabajo, aunque tenga que rodear la ciudad, te aseguró que se encargará de dejarte sana y salva en casa; se volverá loco de imaginar que corres algún peligro; evitará que pases dificultades y por supuesto, si alguien osara faltarte al respeto, él lo va poner en su lugar; recuerdo el caso de una chica llamada Silvia, que solía tener problemas con un compañero de trabajo con el que competía por un ascenso, un día este joven le dijo que el puesto debía ser suyo porque él era más inteligente y eficaz que ella y la llamó tonta; cuando Silvia salió de trabajar le contó a su novio llorando lo que había pasado, bueno, aún no terminaba la historia cuando su novio estaba regresando a la oficina, ella no sabía el por qué, pero entonces cuando su compañero ofensivo salió del edificio, su novio bajó del auto y fue a darle un puñetazo en la cara; por supuesto no aplaudo la violencia; sin embargo, entiendo que lo que hizo el novio de Silvia, desde su perspectiva, fue el “proteger” a su mujer.
De igual manera, un hombre protector jamás va usar violencia contra ti, ya sea verbal o física, pues incluso, hasta de él mismo te protegerá.
3.- Proveer.
Y hemos llegado al talón de Aquiles, aquélla característica que tanto conflicto ha causado en la mujer moderna, que en muchos casos viene adoctrinada con una visión de “empoderamiento” basado en la plena autonomía, al punto de emascular al hombre, sorprenderse u ofenderse cuando un espécimen con pene ofrece su protección y provisiones.
El proveer, es sólo una más de las características y acciones que hace un HOMBRE ENAMORADO; así como proclama y proteje a su mujer, el hombre que ama, espontáneamente buscará proveer lo que ella necesite.
Por eso, para una mujer de alto valor no es suficiente que un hombre sea proveedor; el hombre tiene que ser PROCLAMADOR Y PROTECTOR también; de lo contrario, reduces tu relación de pareja a tener un novio-papá, un cajero automático o un simple acuerdo comercial.
Claro, todo lo anterior partiendo de la premisa de que quieres una pareja en tu vida; pues ya en varios posts te he dicho que hay créditos bancarios que cobran menos intereses que aquéllos que la vida te cobraría, al estar sólo por dinero con un hombre ¡no por favor!, como mujer de alto valor no debes limitar tu vida a la simple satisfacción que la estabilidad económica brinda.
Tú mereces más, tú mereces un hombre que TE PROCLAME, TE PROTEJA y TE PROVEA, es decir que TE AME; por lo cual, entre los requisitos NO NEGOCIABLES al elegir hombre, asegúrate que reúna estas tres características, porque la conjunción de éstas es una clara evidencia del AMOR de un hombre; ya que en la naturaleza masculina, se encuentra esta característica de “proveer” a la persona que ama; ésto forma parte de su identidad, recuerda lo que te decía sobre cómo se forma el autoconcepto masculino:
¿quién es?
¿qué hace? y
¿cuánto gana?;
Pues querida, eso que gana, el hombre enamorado lo va poner a disposición de la mujer a quien ama.
Un hombre que de manera espontánea no está dispuesto a proveer, NO TE AMA.
Un hombre al que tienes que pedirle y explicarle por qué debería de proveer, simplemente NO TE AMA.
Un hombre que cuando estableces tus reglas y límites, te revira con “¿y tú que ofreces?”, NO TE AMA.
En el mejor de los casos, no te percibe como alguien con el valor suficiente, para llegar a enamorarse de ti.
Y lo peor, si te dice cosas como “interesada”, “mantenida”, “prostituta” o análogas, ten por seguro que no hay sentimiento amoroso hacia ti, de hecho Steve Harvey, autor de “Actúa como dama pero piensa como Hombre”, de quien me inspiré bastante para este post, explica que llamar “trepadora” o sus equivalentes a una mujer, es una estrategia masculina para sacar de tu alcance su dinero, derribar tus limites y obtener sexo sin ningún esfuerzo.
Suele creerse que aquellos hombres que te ponen esos títulos, son quienes no tienen dinero; y si bien, eso puede ser cierto; también lo es, que hay hombres que aún teniendo recursos económicos bastos, cuando no te aman o no les interesas de forma romántica, te van a tachar de “interesada” y harán lo posible para cuidar su patrimonio de tus bellas uñas.
Así que hermosa lectora, no pierdas tu tiempo ahí.
Y por supuesto, ésto no significa que ese hombre sea malo o que sea un patán, simplemente que el oro no es para todos; si no ve tu valor, no se lo restriegues o ¿alguna vez has visto que en las tiendas de marcas como Gucci, Prada, Channel o demás de ese nivel se pongan en la puerta diciendo “pásele tenemos oferta”, “llévele, llévele”?, ¿o que cuando preguntas por el precio de un producto y pones expresión de “¡que caro!”, te traten de convencer diciéndote las maravillas del producto? ¡no!, los vendedores gentilmente preguntan si llevarás el vestido, bolsa o accesorio; y si dices que no, te dan las gracias y punto, no te agreden con un ¡pobre muerta de hambre!
Así que de la misma manera, no le revires a un hombre o mujer que no comulga con tu filosofía de vida con un ¡imbécil!, ¡patán! ¡insel!, ¡pickmeisha!. Conserva tu elegancia.
¿Vas entendiendo por qué un hombre proveedor no es suficiente?
Simplemente porque un hombre puede ser proveedor porque le atraigas lo suficiente para pagar por tu tiempo, por tu cuerpo, por tu atención y demás, porque eso a él le va generar la satisfacción de tenerte y ya; pero si ese hombre que provee no está cuando ocupas protección o no te proclama como “su mujer o un título oficial”, entonces querida, ahí te está rentando, ahí no hay mucha diferencia entre prostitución y lo que sea que tengas con el hombre en concreto; y por supuesto, una mujer de alto valor no se prostituye.
La mujer de alto valor no busca que la mantengan; simplemente porque el verbo “buscar” más el sustantivo “hombre” no encaja con ella; toda vez que la mujer de alto valor PREFIERE o ELIGE, por eso ella quiere que el hombre al que le conceda el privilegio de ser su pareja, LA AME; porque sabe que al ser amada, en efecto dominó, ese hombre la va PROCLAMAR, la va PROTEGER y le va PROVEER.
Thanks for your blog, nice to read. Do not stop.
Qué artículo tan estúpido y manipulador jajajaja.
Me parece increíble que todavía en este siglo existan personas que quieran reforzar los roles tradicionales de género cuando nuestra realidad es cada vez más compleja.
Súper ridícula además tu comparación de cómo las mujeres y los hombres experimentan el amor, ya que esto es sentimiento universal y es expresado de tantas maneras como personas hay en el mundo. Por supuesto que tus únicas fuentes son libros de propaganda que intentan reforzar y mantener estos roles tan obsoletos, que iniciaron en las cavernas como una división válida (pues antes literalmente se tenía que cazar, y el cuerpo masculino era más apto para esto.) y que continuó en tiempos más actuales, pero ahora con una clara intención de segregar a las mujeres a la esfera privada mientras que el hombre atendía todos los asuntos que estuvieran fuera de ella, inclusive siendo ellos los únicos que tenían derecho a votar, por ejemplo.
Hoy en día, si bien existen muchos problemas relacionados al género como que a las mujeres nos cueste más trabajo llegar a puestos directivos o ganar el mismo salario por el mismo trabajo, cada vez es más probable que tú y tu pareja ganen una cantidad similar de dinero, y por ende “el hombre proveedor” no es tan necesario como solía hacerlo anteriormente.
Cabe mencionar también que tú al reforzar esta idea machista, estas también reforzando inconscientemente la contraparte que indica que nosotras somos quienes crían, cocinan, limpian y cuidan. Obviamente, nadie está de acuerdo ya con esto, ¿verdad? porque las tareas de crianza y hogar son una carga mental muy dura que tiene que ser asumida por quienes lo habitan. Ahora imagínate la carga que supone que ambas personas ganen un salario, pero sea solo una de ellas quien tenga que gastarlo ya no solo en en gastos de la casa sino también en satisfacer caprichos personales, mientras que la otra persona pueda disponer del suyo como le dé la gana. Y todo basado en una división de tareas de la prehistoria, que como dije al principio, ya no calza con nuestra realidad.
Espero que dejes de intentar lavarle el cerebro a otras mujeres diciéndoles que si su pareja no la mantiene no las ama escudándote en prejuicios estúpidos de que los hombres solo experimentan y transmiten amor de 3 maneras, y dejando bien claro en tu post, además, que la más importante de todas es la del dinero, porque fue la única en la que te molestaste en profundizar.
Cuánto texto para justificar ser “una mantenida”, como decía la mamá de Ángela.