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By Hadasha Soul

Pasos para la Autoestima

¡Valórate! ¡Quiérete!, ¡Cuídate! ¡Ámate tanto que no ocupes que… bla bla y más bla!

El perfil social de Sofía estaba lleno de frases motivacionales relacionadas con la autoestima, ella solía postear fotografías e historias de su día a día, así como frases de este tipo y por supuesto su cuenta tenía bastantes seguidores, ya incluso podría calificar como influencer.

Cuando acudió a consulta lo primero que dijo es que se sentía muy sola, pese a toda la atención que recibía en sus redes sociales, que vivía con sus padres y tenía un novio muy bien parecido y que la amaba, me confesó que en el fondo no se sentía satisfecha.

Durante la sesión hizo una pausa, abrió su instagram y me pidió un momento para leer los comentarios de sus seguidores.  Entonces, como por arte de magia, se dibujó una sonrisa en su rostro y dijo “wow, cinco mil likes en menos de una hora. Esto es mi droga”; me quedé pensando en los efectos negativos que pueden crear las redes sociales y el espejismo de valor y compañía que representan; pero en ese momento había que atender el caso de Sofía, quien en cuanto dejó a un lado su teléfono, volvió a tener una expresión sombría y melancólica.

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Sofía a sus 26 años había conquistado las redes y tenía una prometedora carrera en ciencias de la comunicación; su belleza era deslumbrante, digna de una modelo; no obstante, ella me habló que no siempre había sido así, pues durante su infancia y adolescencia había tenido sobrepeso, lo que le había valido críticas duras en su grupo de amigas, puesto que asistía a un colegio de señoritas, donde curiosamente, la mayor parte de ellas eran “muy bonitas”, e incluso sus padres desde pequeña la llevaron con nutriólogos y le restringían acceso a ciertos alimentos que podían “engordarla”; le decían que era por su bien, “porque ser gordita no era bueno”; su abuela entonces se opuso a ese régimen estricto y cuando podía, se colaba en el cuarto de Sofía para que comiera pan y golosinas; por lo cual, pasó su infancia entre llanto, criticas a su peso y caramelos prohibidos que le daba su abuela.

Ella ingresó a la Universidad aún con sobrepeso, y en el primer semestre los alumnos debían grabar un comercial para la publicidad de cierto producto, a fin de acreditar la asignatura;  entonces un docente le sugirió a Sofía que se encargara de la parte técnica y no saliera en pantalla, pues según él, su imagen no iba con el refresco de limón sin químicos que publicitarían.

Sofía se encerró en el baño a llorar por un buen rato.

La crítica a su cuerpo había sido demasiado mordaz, por lo que luego del incidente con su maestro, decidió que eso cambiaría y se sometió a una dieta extrema que la hizo perder 20 kilos en 4 meses; su delgadez era extrema y tuvo algunos problemas de salud por los que fue a dar al hospital; cuando la dieron de alta, Sofía se había convencido que valía la pena su esfuerzo.

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No obstante, al paso de los meses miró imágenes de mujeres con cuerpos exuberantes; así que ya no estaba conforme con su esbelta figura, ahora quería busto y cadera; por lo que pidió a sus padres ayuda para un cirugía estética, quienes creyendo que era lo mejor para su hija, le regalaron sus ansiados glúteos y senos de silicona.

Luego su nariz no le pareció armónica con el rostro, así que también el bisturí ayudó; de ahí siguieron inyecciones en sus labios con ácido hialurónico y por supuesto se ejercitaba hasta en días festivos; ya que según me explicó, aún sin comer su cuerpo se inflamaba, o comía poco y volvía acumular grasa en zonas que no le favorecían; por lo cual, ella vivía en constante lucha contra la báscula y el espejo por algunos gramos, que dicho sea de paso, eran percibidos tan solo por sus ojos; puesto que el resto de los mortales se percataba únicamente de su impresionante belleza.

Las redes sociales de Sofía se abarrotaban de admiradores y aún así, ella decía sentirse muy sola y vacía, además de que las alertas se activaron cuando me dijo  ya no sé quien soy, no merezco todo lo que tengo”.

En Sofía encontré que de raíz había problemas en su autoestima urgentes de tratar, pues se encontraba en un punto crítico de su vida, por las altas posibilidades de desarrollar una depresión o caer en vicios nocivos.

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De manera energética, Sofía en su infancia comenzó a engordar paulatinamente, por el peso que no debía cargar, principalmente de sus padres; pues al ser única hija, ellos solían decir que era “el orgullo de la familia” y le exigían estándares altos en cuanto a calificaciones y deberes domésticos.

Pero lo más terrible ocurrió una noche en que Sofía se levantó de madrugada porque escuchó discutir a sus padres; tras la puerta los oyó hablar de divorcio y que papá le dijo a mamá que se había casado con ella sólo porque Sofía venía en camino; además de que si seguían juntos, era sólo por la pequeña niña. Sofía con apenas 7 años sintió un “gran peso” por la responsabilidad de mantener unidos a sus padres; en un niño esto es catastrófico; en Sofía por ejemplo, desencadenó una subida de peso acelerada; ya que según me narró, aún y cuando ya estaba fuera del rango de peso recomendable para su edad, luego de lo que escuchó aquella noche, al cabo de un mes había incrementado mucho más su peso, al punto que fue reprendida por sus padres porque la ropa que tenía ya no le quedó y de ahí, pues la consiguiente historia que te conté.

Esa parte se trató en Sofía con una línea de la vida y otorgando perdones a sus padres; sin embargo, ahora tenía que construirse algo que ella tenía bastante frágil: SU AUTOESTIMA, pues los sentimientos por sí misma eran por demás negativos: se veía, escuchaba y miraba fea y poco merecedora de afecto y respeto; y pese a que sus padres seguían juntos y ella tenía una relación buena con su novio, Sofía no acababa de percibir todo el amor que podría haber en su vida.

«El sentirse devaluado e indeseable es en la mayoría de los casos la base de los problemas humanos»


Carl Rogers

Bueno preciosa, lo que nos ocupa de momento, es darte a conocer la escalera o pasos para la autoestima, que por supuesto tuvimos que trabajar en Sofía; para lo cual te pregunto: ¿Cuántas veces has escuchado, visto o estado con personas que te hacen sentir que algo falta en el trato que das a ti misma, pero sin explicar concretamente cómo valorarte, qué hacer para amarte?

El “qué” por lo regular lo sabemos; lo interesantes es el “cómo” ósea, ¿cómo aumentar y mejorar tu autoestima?

Pues bien, vamos a empezar por explicarte que la autoestima es el conjunto de sentimientos que una persona tiene por sí misma. Cuando esos sentimientos incluyen cariño, admiración, valoración y respeto, podríamos decir que estamos ante una autoestima saludable, ya que existen diferentes tipos de autoestima, que te invito a leer también en mi post.

Debes saber que la autoestima no sólo comprende el “ámate”, “respétate”, “valórate” o “cuídate” que muchos sugieren, se trata de toda una secuencia de etapas que se pueden esquematizar en la siguiente imagen:

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1.- Auto conocimiento

El primer paso es conocerte a ti misma, partiendo de la base que cada mujer es única e irrepetible; por lo que en ti hay características, cualidades y virtudes que te hacen una mujer sin igual; por ello es importante que hagas un análisis de tu propia persona e identifiques quién eres, qué haces, cómo lo haces, que características tienes desde tu aspecto físico, psicológico, emocional, intelectual y sociocultural; y esto te permitirá aprender de ti misma.

Me he encontrado en consulta con chicas que por ejemplo me dicen que no hay algo especial con ser una mujer que cante bonito, porque hay más mujeres que también cantan, a lo cual les contesto con otra pregunta ¿ellas tienen exactamente tu voz?, ¿ellas tienen exactamente tu forma de cuerpo?, ¿ellas tienen exactamente tu historia de vida?, y es ahí donde comienzan a darse cuenta que aún cuando poseas cualidades que más personas tienen, habrá otras que esas mismas personas no poseen, por lo que tu persona se vuelve un engranaje importante de características que te hacen única y especial.

Así que conócete mujer, toma hoy mismo toma hojas de papel y pondrás un título por hoja:

MI YO FÍSICO

MI YO INTELECTUAL

MI YO EMOCIONAL

MI YO SOCIOECONÓMICO

MI YO ESPIRITUAL

Y comienza anotar las características de tu persona en cada una, céntrate en aquéllas que son positivas o que te gusten. En cuanto aquéllas que en tu percepción consideres que no favorecen o quisieras cambiar, las vas anotar al reverso de cada hoja, dependiendo del tema; pero hazlo de forma concreta, por ejemplo en el aspecto físico puedes plasmar:

1.- Soy saludable

2.- Tengo piel tersa

3.- Tengo dientes blancos y parejos

4.- Se vestir elegantemente

5.- Me ejercito

6.- Soy limpia, cuido mi higiene.

Y si algo no te agrada va al reverso, pero sin anotar frases despectivas a tu persona, sólo de forma objetiva -según lo que es saludable-; mas no de acuerdo a cánones de belleza que la sociedad o tú misma crees que son los correctos, por ejemplo no anotes algo como esto:

1.- Estoy gorda.

2.- Soy baja de estatura.

3.- Tengo fea cara/cuerpo

4.- Soy una floja

5.- Soy sucia

¡No, por favor!

Plasma esos aspectos que no te agradan, pero de forma objetiva sin menospreciarte, por ejemplo:

1.- Peso 70 kilogramos.

2.- Mido 1.45 centímetros.

3.- Uso lentes (si es que esto no te agrada)

Estos sí son datos objetivos.

En el aspecto intelectual de igual manera enlista todas esas habilidades que tienes y ¡lúcete, porque sé que son muchas!, si eres buena estudiante, buena oradora, buena lectora, buena escritora,  si tienes facilidad de palabra, tocas algún instrumento musical, bailas, hablas idiomas, sabes matemáticas, historia antigua, coser, tejer, cocina, planear bodas, organizar eventos, tienes puntualidad, organización, no procrastinas o por el contrario en cuanto tienes una tarea, ya te urge terminarla; si tienes mentalidad progresista, si tienes metas y cuáles son, etcétera.  Y al reverso, plasmarás esas áreas de oportunidad que pueden mejorarse en el aspecto intelectual.

En la hoja destinada a tu parte emocional, escribirás las características de tu temperamento, carácter y personalidad que tú percibas de ti; como puede ser tu seguridad o falta de ella, ausencia o exceso de celos, templanza, perseverancia, voluntad, alegría, melancolía, incluso si explotas con facilidad, si te desanimas, si dejas proyectos a medias; recuerda al frente lo que consideras positivo y al reverso lo que consideras negativo.

En el aspecto socioeconómico adéntrate en tu relación con el dinero y capacidad de crear y mantener abundancia financiera en tu vida, es decir si tienes un empleo o negocio propio, si ahorras dinero, si sabes hacer inversiones, si sabes administrarte.

En el tópico espiritual ¿que tanto conoces tu alma?, esto no tiene que ver con religión, sino con tu conexión espiritual con los demás humanos y el Universo, si eres una mujer que cuida el medio ambiente, a los animales, si tienes empatía por causas justas, si haces donaciones, si sabes guardar secretos, si eres solicitada por tu consejo, si tienes lealtad hacia tus amigas, tienes fe en alguna fuerza superior, como Dios, etcétera.

2.- Auto concepto.

Se trata de las creencias que cada persona tiene de sí misma; es decir, de la imagen que te has formado de ti, en tu mente.

Por ejemplo Sofía, que aún teniendo una belleza espectacular, su concepto era el de una chica con problemas alimenticios, que si comía algo de más, iba subir de peso; así como el concepto de no tener nada valioso en su vida, mas que la beldad que sus dietas y bisturí le habían dado y claro, ¡sus seguidores de internet!

Para identificar el autoconcepto que tienen las personas, mira y escucha lo que dicen: “soy una  excelente emprendedora, pero pésima en el amor”; “soy buena ganando dinero, pero mala gastándolo”; “soy muy sentimental”; “soy muy selectiva”; “soy celosa”; “soy alto valor”; “soy una guerrera; incluso hay quienes hasta expresan autoconceptos peligrosamente negativos como “soy una fracasada”; “me arruinaron la vida”; “ya para mi no hubo pareja”, “todos los hombres me han engañado”.

Si te das cuenta, aquí no hablamos de cuestiones objetivas que conozcas de tu persona, sino de una opinión que te has formado de alguna característica, que la has convertido en la etiqueta de quien eres; y ese concepto cuando es negativo puede ser muy dañino; y aún lo positivo si está centrado en un sólo aspecto, tampoco es cien por ciento sano.

Y para empezar a construir tu autoestima saludable, céntrate ahora en tus logros y aciertos, quiero que tu mente los imagines a todo color y que las voces y ruidos de esos recuerdos los evoques claramente; siéntate cómoda para realizar este ejercicio; ahora, analiza ¿a dónde vas?, ¿qué quieres llegar a ser?, y construye en tu mente esa imagen, escucha el sonido y siéntete como si ya lo hubieras logrado.

También, nuevamente toma una hoja en blanco y escribe con las tres personas del singular agregando tu nombre y ese concepto que quieres lograr, por ejemplo:

1.- Yo, Hadasha, soy una triunfadora (yo)

2.- Hadasha, eres una triunfadora  (tú)

3.- Hadasha, es una triunfadora (ella)

Hazlo por favor ahora tú, con tu nombre.

3.- Auto evaluación.

Es la capacidad de aprobarte a ti misma, con tus virtudes así como con tus defectos y por ello entender el por qué fuiste o hiciste algo en tu pasado, que quizá hoy ya no serías o harías; lo cual es importante para que puedas confiar en tus decisiones, sueños y esfuerzos, porque sabes que tienes los conocimientos y herramientas para hacer seguros los pasos que darás en la vida.

Pero también, la autoevaluación ayuda a identificar tus necesidades, lo que te hace bien y lo que no; así como para identificar el impacto que las acciones de terceros causan en tu vida, como son las atenciones, el respeto e incluso las ofensas, la violencia y agresiones, para entonces poner límites, perdonar cuando es necesario, comprender a otras personas y vivir en armonía con ellas.

Para dejarte esto más claro, te cuento que hace tiempo atendí a una mujer que estaba entre los 30 y 40, que se atormentaba porque en su juventud se había relacionado con muchos hombres esperando ser amada; tenía 3 hijos de diferentes parejas, a los  cuales culpaba de todos sus males y por supuesto de su boca salían sapos y culebras en contra de los hombres, con razón explicada pues uno de ellos incluso le había propinado violencia física; pero lo peor, era que ella misma se juzgaba y martirizaba recriminándose por sus malas decisiones; tanto daño se había hecho a sí misma por esos pensamientos, que ya su relación con sus hijos se estaba deteriorando; hasta que un día en un grupo de ayuda de mujeres, le hablaron sobre soltar el pasado y volver a empezar; es por eso que acudió a consulta, me dijo que estaba dispuesta a ser una mejor persona, ya había identificado quién era en el paso del autoconocimiento, incluso en su auto concepto ya se definía como “mujer de alto valor”, pero no podía evitar sentir rabia y tristeza por sus decisiones del pasado y tenía miedo de volver a relacionarse con un hombre, temiendo escoger mal y repetir la historia.

Con ella, su proceso de construcción de autoestima se trabajó con más detenimiento en la autoevaluación, a fin de que pudiera perdonarse a sí misma y perdonar a los hombres que la habían violentado; y que más allá de considerar como error lo vivido, lo asumiera como aprendizaje con miras a un maravilloso futuro; identificar también qué quería en su vida, cuáles eran sus “no negociables” en una pareja y que aprendiera a confiar en que ella tenía la capacidad de tomar decisiones.

Así que hermosa lectora de mis letras, ya que tengas tus listas de Autoconocimiento y tengas un Auto concepto saludable; ahora realiza una Autoevaluación de tu pasado y presente, comienza por contestar estas interrogantes:

  • ¿A dónde quieres llegar en la vida?
  • ¿Qué quieres para tu vida?
  • ¿Cómo te visualizas, escuchas y sientes a 5 años, a 10 años y luego a 15 años?

¿En cuáles áreas de oportunidad quieres trabajar para mejorar? como pueden ser aspectos físicos, intelectuales, emocionales, socioeconómicos, espirituales; por ejemplo:

1.- Perder 5 kilogramos de peso.

2.- Aprender otro idioma.

3.- Dominar mi temperamento para no portarme “celosa”, “explosiva” o “posesiva”.

4.- Ganar más dinero.

5.- Conectarme con mi energía femenina.

Evalúate sin reprobarte, sino que de cada situación que identifiques como “mala”, “dolorosa” o “perjudicial”, evalúa qué aprendizaje te ha dejado y ahora con el conocimiento que tienes, vuelve a pensarla pero reaccionando distinto, es decir, como lo harías ahora que tienes experiencia.

4.- Auto aceptación.

Abraza a quien eres, con defectos y virtudes, porque eso eres tú, no significa que debas resignarte a conservar aspectos que no son favorables ni saludables; para eso la “Oración de la Serenidad de San Francisco de Asís” ayuda mucho -independientemente de la religión que profeses, si tienes alguna claro-, existe un sin fin de conocimientos que de todas las personas puedes adquirir, si abres tu mente y corazón al aprendizaje, es como la metáfora del “Misterio del agua en el desierto” que te dejaré por si gustas conocerla. ¡Ahora sigamos!

En la vida es importante desarrollar serenidad para aceptar aquello que no puedes cambiar, valor  para las que sí puedes y sabiduría para identificar la diferencia.

No puedes cambiar por ejemplo tu voz, tu estructura ósea, tu ADN, tu estatura, a tu familia, ni lo que los demás piensan, hacen o dicen; hay muchas cosas que están fuera de tu control; pero también hay algunas que sí puedes transformar; por lo cual, primero debes aceptarte con esas características, porque eso implica el RECONOCIMIENTO de que eres una persona, que eres humana, que eres un producto no terminado y por ello puedes pulirte y cambiar los aspectos que has identificado como «no buenos, para ti».

 ¡Abrázate y apapáchate!, incluso si en este momento no has empezado hacer los cambios que quieres lograr..

Recuerdo por ejemplo el caso de Stacy, una mujer que llegó a consulta porque había intentado de todo para bajar de peso; a Stacy su médico le había ordenado que se pusiera en forma, porque estaba a unos kilos de calificar como “obesidad mórbida”, con los consecuentes problemas de salud que dicha condición acarrea.

Stacy también presentaba un conflicto de autoestima considerable y a diferencia del caso de Sofía, estaba convencida que no había nada que ya pudiera hacerla bajar de peso, incluso hacía bromas sobre ella misma, decía que ya se había aceptado así como era, que incluso se sentía como “fuera de este mundo”, ya sin necesidad de agradar a nadie ni privarse de nada, cuando de comida se trataba.

Al avanzar en la sesión, la misma Stacy arribó a la conclusión de que si bien, se aceptaba, no estaba feliz con su cuerpo, pues subir escaleras le ahogaba, agacharse a recoger algo era una odisea, ayudar a su anciana madre en el hogar le representaba una carrera de maratón y lo peor, empezaba a tener dificultades para asearse a sí misma; pues sus brazos no alcanzaban a llegar a ciertas partes de su cuerpo; de hecho, eso había sido “la gota que derramó el vaso”, temía que llegara el día que no pudiera ni siquiera limpiar sus partes después de ir al baño.

Con Stacy había que trabajar el tema de aceptación, pero en el sentido de que cuando algo no te hace feliz, entonces la realidad es que sólo es resignación; por lo cual, con ella había que sanar su niña interior y programaciones con respecto a la comida; ya que en alguna época su familia había tenido dificultades económicas y a ella le estaba prohibido desperdiciar hasta la última migaja de pan que hubiera en la mesa. 

Sus padres aún y cuando trabajaban, siempre estaban en casa para la hora de comer y cenar; esos eran los únicos momentos que Stacy los veía y convivían como familia; por lo cual, el alimento formó parte de un anclaje de alegría, ya que relacionaba la convivencia familiar con la comida. 

En su vida adulta se casó y tuvo dos hijos, pero a la muerte de su esposo ella encontró en la comida un refugio a su dolor, convirtiéndose ésta en su única fuente de felicidad -según su percepción-. 

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Sus hijos estaban preocupados por la salud de su madre, lo que junto con la vergüenza de no poder asearse, fue un incentivo para decidirse a bajar de peso; ese ejercicio lo hallamos en la autoevaluación que analizamos en el punto anterior; no obstante, en lo que corresponde a la auto aceptación, Stacy tuvo que trabajar en reconocerse a sí misma como una persona, aceptar que era una mujer y que su cuerpo físico forma parte de ella y por ende, si no la hacía feliz el peso y forma que tenía, entonces debía sacar el valor de hacer los cambios necesarios.

¡Esa es la aceptación sin resignación!, la Autoaceptación es la capacidad de asumir  lo que somos y tenemos, sin sentirnos más o menos que otras personas; sino identificando con serenidad y templanza lo que no podemos cambiar de nosotras; pero a la vez, con valor y entereza los retos para modificar todo aquello que si se puede cambiar, para lograr la felicidad.

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Así que en este aspecto, querida lectora, no te engañes; evita utilizar frases como “es que así soy”, para justificar acciones u omisiones que perjudican a terceros y a ti misma; acéptate con defectos y virtudes, pero con miras a trabajar en tus áreas de oportunidad.

Para ésto, el ejercicio que te sugiero es el espejo, vas a mirarte al espejo en la intimidad de tu habitación, primero vestida y teniendo cerca objetos que uses para tu trabajo o de cierta forma representen tus logros o lo que tienes, puede ser desde tu teléfono celular, una computadora, tu anillo de matrimonio, la fotografía con tu familia, el título universitario o la escoba con la barres tu casa.

Observa todo, cosa por cosa y mírate a ti de pies a cabeza, luego, aleja esos objetos de forma que no los veas a través del espejo y quítate tu ropa, prenda por prenda y mírate desnuda, admira tu piel, tu cuerpo, tu rostro, tu cabello y pronuncia esta frase: 

Soy (tu nombre), este es mi cuerpo, esta es mi mente, esta es mi alma, esta es mi esencia, esta soy yo; me acepto y me amo”.

 Luego cierra tus ojos e imagínate que hay dos «tú», y una abraza a la otra y le dice “te amo”, “te acepto”.

5.- Auto respeto.

Una vez que logras la auto aceptación, casi en automático se despierta en ti el instinto de protección a tu persona, a tu cuerpo, a tu mente, a tu alma. 

Al concebirte como una persona valiosa, se vuelve claro que debes cuidarte y poner límites a los demás a fin de que no sobrepasen la línea del respeto.

Sin embargo, aquí te brindo algunas sugerencias importantes:

1.- Cuida tu diálogo interior; es decir, cómo te diriges a ti misma y cómo te hablas; por lo cual, procura usar un tono de voz amable, así como tu nombre o un título que irradie algo positivo y te haga sentir ese valor que tienes, como “reina”, “hermosa”, “poderosa”.

2.- Sé amable con tu cuerpo, en cómo lo alimentas, si lo ejercitas, lo cuidas, cómo lo vistes; más allá del aspecto físico, por tu salud. También protege tu mente y todo lo que de ella emana. Valora tu trabajo, no lo regales sin más.

3.- Establece límites para los demás, pues cuando permites una falta de respeto estás mandando un mensaje a los demás sobre cómo quieres o permitirás que te traten; sólo que hazlo con asertividad; ésta es la capacidad de expresar sentimientos y emociones sin violencia ni agresividad.

Como un ejemplo práctico, si eres madre, piensa por un momento cómo cuidas a tu hijo, lo alimentas, lo abrigas, lo conminas y ayudas hacer tareas escolares, lo proteges de malas amistades, lo educas, peleas por él si fuera necesario. 

Pues si ésto eres capaz de hacer por tu hijo, entonces es lo mínimo que también debes y puedes hacer por respeto y amor a tu persona.

Cuando tengas dudas en cómo tratarte o en cómo reaccionar ante las acciones u omisiones de otros hacia tu persona, quiero que te platees esta hipótesis:

¿Si se tratara de mi hijo o hija a quien le hablan de esta forma, o a quién le hacen tal acción?

Hermosa, creo que éste ha sido uno de mis posts más largos, te confieso que estuve tentada a fragmentarlo en varias entradas; pero concluí que eso podría afectar el orden y esencia de mi mensaje, por eso decidí dejarlo así, como la llave para AMAR Y SER AMADA, que consiste en que primero TE AMES A TI MISMA.

Ahora sabe hermosa, que este proceso de construir tu autoestima puede tomar tiempo y en algunos casos, hay tantas heridas en el alma, que no bastará con simple motivación o tu autoayuda, parte de este proceso es que desde el autoconocimiento puedes identificar que eres humana, que no estás obligada a saberlo todo y que tienes derecho a estar frágil, dudosa, confundida y no saber cómo empezar a trabajar tu autoestima; si ese fuera tu caso, pide ayuda, no necesariamente la mía, tanto en la web como en el medio de la psicología y la PNL, puedes encontrar grandes terapeutas que te ayuden en ese camino, y créeme que estarás haciendo la mejor inversión de tu vida

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1 comentario en “Pasos para la Autoestima”

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